(Justin)
Llegué
bastante tarde a los ensayos y me echaron una buena bronca, además
no tenía ninguna buena escusa ya que si les decía que había salido
del coche sin guardaespaldas me castigarían.
Los
ensayos son muy importantes para mí. Me apliqué a fondo y cuando
terminé me invitaron a un helado, que yo negué ya que mi voz tiene
que estar caliente para el concierto.
Llegué
a casa y vi que mama ya estaba dormida. Que extraño.
Abrí
el frigorífico y vi que había un plato de ensalada a medio comer y
algo de helado de fresa. Decidí comerme el helado y algo de fruta.
Me
senté en el sofá y puse la televisión. Un documental sobre mi
vida, esto si que era interesante. Me quedé viéndolo. Echaban desde
mi infancia hasta hace un par de meses. Muchas de las cosas eran
verdad pero en la mayoría mentían. Incluso dijeron que tengo
tatuado Selena en el antebrazo... Por culpa de estos estúpidos
programas habían mucha beliebers decepcionadas.
Apagué
la televisión y conecte la X-box, jugué un poco a algunos juegos de
fútbol y después recogí el desorden.
Miré
la hora, todavía tenía tiempo de terminar algunos deberes
atrasados. El que sea famoso no quita los estudios. Empecé con
matemáticas que es lo que mas odio y después seguí con lengua.
Eran muy fáciles pero se me hacían pesados. Creo que me quedé
dormido porque no recuerdo nada más.
(Claudia)
Entré
en casa. No había nadie, otra vez. Estoy cansada de llegar a casa y
no encontrarme con nadie. Cogí el móvil y llamé a mama.
-Mama
¿donde estáis?- pregunté.
-Hija
que ha papa le han adelantado el trabajo a Barcelona y estamos
sacando los billetes. Esta misma noche salimos. Las maletas están en
la puerta- miré y si allí estaban muy derechas y listas para
recorrer un viaje.
-Llegaremos
y nos iremos. Tu saldrás dentro de dos días como lo teníamos
previsto. Te recogerá el primo y te llevará al aeropuerto y hasta
la llegada a Barcelona serás atendida por una azafata- dijo.
-Bueno,
vale- dije sonriendo. Dos días sin mis padres, mola, pensé.
Colgué
y fui a mi cuarto. Lo preparé para acostarme y después abrí la
ventana. Tenía una preciosa vista del centro de Sevilla. Era
perfecto.
Cuando
escuché las llaves bajé corriendo y vi como sacaban las maletas al
coche.
-¿No
vais a cenar antes?- pregunté.
-No
nos da tiempo pero tu tienes comida suficiente, tanto congelada como
lista para servir- dijo mi madre sonriendo.
Les
abracé muy fuerte y les di un beso a cada uno. Me dieron setenta
euros para pasar esos dos cortos días.
Se
fueron tras una ráfaga de humo que soltó el taxi de repente. Les
despedí con la mano y cerré la puerta.
Me
senté en el suelo y lloré unos instantes. La verdad es que ya los
echaba de menos. Un rugido horrible salió de mi estomago. Me levanté
y fui a picar algo.
Me
senté en el sofá y llamé a Jorsh.
-Hola
Claudia- se escuchó en la otra línea.
-Hola
cariño- le solté sin saber porque ¿Verdaderamente estaba
enamorada?
-¿Pasa
algo?- preguntó.
-No
es que necesitaba hablar- dije.
-Cuéntame
baby- dijo con su acento americano que tanto me gustaba.
-Mis
padres se acaban de ir a Barcelona y ya los echo de menos.
Se
quedó en silencio.
-¿Quieres
que valla a tu casa? - preguntó indirectamente.
-Me
harías mucha falta- dije.
-Estoy
allí en cinco minutos- dijo el.
-Gracias
Jorsh, eres increíble- dije sonriendo.
-Ya
somos dos- dijo el.
Me
reí y colgamos.
Me
puse esta ropa para causarle sensación:
Esperé
sentada en el sofá esperando a que el llegara.
Volví
a mirar el twitter a ver si Justin me seguía pero no.
Escuché
el timbre y fui a ver quien era. Miré por la mirilla y vi que ya
estaba aquí, al verlo una sonrisa de oreja a oreja me salió y abrí
de inmediato. No le dio tiempo a saludar cuando mis labios se posaron
en los suyos muy sensualmente. Me aparté y me miró sorprendido.
-¡Guau!
Exelent- dijo riendo.
Yo
también reía.
Entramos
en casa y nos sentamos en el sofá.
El me pasó el brazo sobre el hombro y yo me acurruqué sobre el.
-Estas
guapísima ¿y esa ropa?- dijo.
-Nueva,
me la compré en rebajas- dije sonriendo.
-Pues
te queda perfecta- me sonrió y me dio un suave beso.
Le
miré y le sonreí. Un arrebato me impulsó a subirme sobre sus
piernas.
-Te
amo- le dije mientras resbalaba mis manos sobre su cuerpo hasta
llegar al cuello y besarle con fuerza.
El
me cogió de la nuca y me acarició el pelo mientras se tiraba encima
mía. Yo no quería llegar tan lejos.
Le
hice cosquillas y cuando se levantó aproveché para escapar. Me
levanté y corrí por el pasillo.
-¡No
me coges!- grité.
Escuché
como se levantó y fue a buscarme. Me escondí tras la puerta y
cuando lo tenía de espalda salté hacia ella y me colgué.
-¡Ahhhh!
Un bicho en mi espalda- gritó.
Me
entró un ataque de risa y caí al suelo. Todavía seguía riéndome
cuando el me cogió y me hizo cosquillas.
-¡Para-
decía mientras reía.
El
me miraba y se contagiaba de mi estúpida risa de niña chica.
Me
levanté y fui corriendo a mi cuarto, el corrió detrás mía.
Cuando
estábamos allí nos miramos y sonreímos.
Le
cogí por la camiseta y lo empujé contra la cama.
El
se echó sobre ella y después yo me eché sobre el. ¡Que haces
Claudia que tienes catorce años! Contrólate bonita.
Nos
besamos demasiado. El me tumbó hacia la otra parte y el sobre mi
cuerpo.
Me
besó el cuello y después me sujeto la cintura. Le miré y una
lágrima recorrió mi mejilla. ¿Que coño pasaba ahora?
Se
dio cuenta y se retiró, se tumbó a mi lado y me pasó la mano por
la barriga.
-No
debería haberlo echo, soy un gilipollas. Todavía no estamos
preparados- dijo golpeando la cama.
Le
miré lo abracé.
-Tu
si lo estás, yo solo tengo unos asquerosos catorce años- dije
enfadada.
Mi
miró y me besó la frente.
Me
acurruqué sobre su cuerpo y me dormí.
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