martes, 23 de octubre de 2012

Capítulo 18.


(Justin)
Llegué bastante tarde a los ensayos y me echaron una buena bronca, además no tenía ninguna buena escusa ya que si les decía que había salido del coche sin guardaespaldas me castigarían.
Los ensayos son muy importantes para mí. Me apliqué a fondo y cuando terminé me invitaron a un helado, que yo negué ya que mi voz tiene que estar caliente para el concierto.
Llegué a casa y vi que mama ya estaba dormida. Que extraño.
Abrí el frigorífico y vi que había un plato de ensalada a medio comer y algo de helado de fresa. Decidí comerme el helado y algo de fruta.
Me senté en el sofá y puse la televisión. Un documental sobre mi vida, esto si que era interesante. Me quedé viéndolo. Echaban desde mi infancia hasta hace un par de meses. Muchas de las cosas eran verdad pero en la mayoría mentían. Incluso dijeron que tengo tatuado Selena en el antebrazo... Por culpa de estos estúpidos programas habían mucha beliebers decepcionadas.
Apagué la televisión y conecte la X-box, jugué un poco a algunos juegos de fútbol y después recogí el desorden.
Miré la hora, todavía tenía tiempo de terminar algunos deberes atrasados. El que sea famoso no quita los estudios. Empecé con matemáticas que es lo que mas odio y después seguí con lengua. Eran muy fáciles pero se me hacían pesados. Creo que me quedé dormido porque no recuerdo nada más.
(Claudia)
Entré en casa. No había nadie, otra vez. Estoy cansada de llegar a casa y no encontrarme con nadie. Cogí el móvil y llamé a mama.
-Mama ¿donde estáis?- pregunté.
-Hija que ha papa le han adelantado el trabajo a Barcelona y estamos sacando los billetes. Esta misma noche salimos. Las maletas están en la puerta- miré y si allí estaban muy derechas y listas para recorrer un viaje.
-Llegaremos y nos iremos. Tu saldrás dentro de dos días como lo teníamos previsto. Te recogerá el primo y te llevará al aeropuerto y hasta la llegada a Barcelona serás atendida por una azafata- dijo.
-Bueno, vale- dije sonriendo. Dos días sin mis padres, mola, pensé.
Colgué y fui a mi cuarto. Lo preparé para acostarme y después abrí la ventana. Tenía una preciosa vista del centro de Sevilla. Era perfecto.
Cuando escuché las llaves bajé corriendo y vi como sacaban las maletas al coche.
-¿No vais a cenar antes?- pregunté.
-No nos da tiempo pero tu tienes comida suficiente, tanto congelada como lista para servir- dijo mi madre sonriendo.
Les abracé muy fuerte y les di un beso a cada uno. Me dieron setenta euros para pasar esos dos cortos días.
Se fueron tras una ráfaga de humo que soltó el taxi de repente. Les despedí con la mano y cerré la puerta.
Me senté en el suelo y lloré unos instantes. La verdad es que ya los echaba de menos. Un rugido horrible salió de mi estomago. Me levanté y fui a picar algo.
Me senté en el sofá y llamé a Jorsh.
-Hola Claudia- se escuchó en la otra línea.
-Hola cariño- le solté sin saber porque ¿Verdaderamente estaba enamorada?
-¿Pasa algo?- preguntó.
-No es que necesitaba hablar- dije.
-Cuéntame baby- dijo con su acento americano que tanto me gustaba.
-Mis padres se acaban de ir a Barcelona y ya los echo de menos.
Se quedó en silencio.
-¿Quieres que valla a tu casa? - preguntó indirectamente.
-Me harías mucha falta- dije.
-Estoy allí en cinco minutos- dijo el.
-Gracias Jorsh, eres increíble- dije sonriendo.
-Ya somos dos- dijo el.
Me reí y colgamos.
Me puse esta ropa para causarle sensación:
Esperé sentada en el sofá esperando a que el llegara.
Volví a mirar el twitter a ver si Justin me seguía pero no.
Escuché el timbre y fui a ver quien era. Miré por la mirilla y vi que ya estaba aquí, al verlo una sonrisa de oreja a oreja me salió y abrí de inmediato. No le dio tiempo a saludar cuando mis labios se posaron en los suyos muy sensualmente. Me aparté y me miró sorprendido.
-¡Guau! Exelent- dijo riendo.
Yo también reía.
Entramos en casa y nos sentamos en el sofá.
El me pasó el brazo sobre el hombro y yo me acurruqué sobre el.
-Estas guapísima ¿y esa ropa?- dijo.
-Nueva, me la compré en rebajas- dije sonriendo.
-Pues te queda perfecta- me sonrió y me dio un suave beso.
Le miré y le sonreí. Un arrebato me impulsó a subirme sobre sus piernas.
-Te amo- le dije mientras resbalaba mis manos sobre su cuerpo hasta llegar al cuello y besarle con fuerza.
El me cogió de la nuca y me acarició el pelo mientras se tiraba encima mía. Yo no quería llegar tan lejos.
Le hice cosquillas y cuando se levantó aproveché para escapar. Me levanté y corrí por el pasillo.
-¡No me coges!- grité.
Escuché como se levantó y fue a buscarme. Me escondí tras la puerta y cuando lo tenía de espalda salté hacia ella y me colgué.
-¡Ahhhh! Un bicho en mi espalda- gritó.
Me entró un ataque de risa y caí al suelo. Todavía seguía riéndome cuando el me cogió y me hizo cosquillas.
-¡Para- decía mientras reía.
El me miraba y se contagiaba de mi estúpida risa de niña chica.
Me levanté y fui corriendo a mi cuarto, el corrió detrás mía.
Cuando estábamos allí nos miramos y sonreímos.
Le cogí por la camiseta y lo empujé contra la cama.
El se echó sobre ella y después yo me eché sobre el. ¡Que haces Claudia que tienes catorce años! Contrólate bonita.
Nos besamos demasiado. El me tumbó hacia la otra parte y el sobre mi cuerpo.
Me besó el cuello y después me sujeto la cintura. Le miré y una lágrima recorrió mi mejilla. ¿Que coño pasaba ahora?
Se dio cuenta y se retiró, se tumbó a mi lado y me pasó la mano por la barriga.
-No debería haberlo echo, soy un gilipollas. Todavía no estamos preparados- dijo golpeando la cama.
Le miré lo abracé.
-Tu si lo estás, yo solo tengo unos asquerosos catorce años- dije enfadada.
Mi miró y me besó la frente.
Me acurruqué sobre su cuerpo y me dormí.

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