domingo, 26 de mayo de 2013

Capítulo 43.

(Claudia)
-¿Qué te parece si después vamos a dar un paseo?- pregunté sonriente.
-Claro- dijo mientras masticaba un trozo de pizza.
Sonreí y me levanté a por agua. Cuando me di la vuelta vi como Justin miraba mi culo atentamente y sin vergüenza ninguna.
-Pero bueno ¿tú que miras?- pregunté riéndome.
-No es mi culpa que lleves los leguins tan ajustados- soltó el trozo de pizza y se levantó.
Se acercó a mí y me cogió en brazos.
-¡Justin, Justin! Al final te tiro el vaso de agua encima- dije riéndome.
-Tú sabrás lo que haces... Atenta a las consecuencias- dijo riéndose aun más.
Me bajó de sus brazos y solté el vaso. Me acerqué a el y le di un beso en los labios.
-¿Sabes que te quiero?
-No, pero ahora lo tengo claro…
Sonreí y me encaminé a la puerta, le miré y se levantó sonriendo.
-Me tendrás que explicar cómo vamos a hacer para que no me vean ¿no?
-Sí, la verdad no había caído en eso…- mire por todos lados pero no encontré nada. Me encogí de hombros y abrí la puerta. Justin se pudo unas gafas de sol y la capucha de la chaqueta.
-No creo que nos encuentren… Pero por si acaso ponte tu otras - dijo Justin señalando mis gafas de sol que tenía sobre la cabeza.
Arrugué la nariz y me las puse, le di la mano y caminamos juntos por la calle de mi edificio.
Andamos hasta un parque, entre bromas, risas, miradas. Era todo increíble, es tan difícil explicar esta situación…
-¿Claudia? Por fin te encuentro, te he llamado mil veces- me di la vuelta y allí estaban  Jorsh y Clara. Les miré sorprendida a la vez que daba un codazo a Justin.
-Oye, yo lo siento Claudia… De verdad, lo siento no debería haber hecho esto… Pero Jorsh me gusta y mucho además… ¿Quién es ese? – dijo señalando la espalda de Justin.
Se dio la vuelta y se quitó las gafas. ¿De verdad? Estaba mostrándose y podía llamar la atención de más gente.
-¡Justin Bie…!- tapé la boca de Clara con la mano.
-¿Ves? No estaba loca Clara… Para empezar me molestó un poco lo que hicisteis la verdad, pero… Yo también tengo un poco de culpa ¿no?- miré a Justin el que sonrió y guiñó un ojo.
El primer flash, el segundo, miles de paparazis a nuestro alrededor.
-¡Mierda!- Justin se puso las gafas y agarrándome de la mano corrió conmigo.
Corrimos hasta llegar a casa y entramos corriendo.
-Joder, ahora sí que la hemos cagado- se apoyó contra la pared y resopló.
-Lo bueno de todo esto… Es que por lo menos estoy contigo, es lo que más me importa- dijo mientras se apartaba y me miraba.
Me acerqué y lo abracé fuertemente. Su aroma, olía genial, cada vez que lo abrazaba era… Alucinante.
Pasamos la tarde sin volver a hablar de aquellos paparazis, vimos una película, todo era perfecto.
Empecé a tener sueño y me quedé dormida sobre los brazos de Justin.

Debió pasar bastante tiempo… ¿las cuatro de la mañana? Sí, sería esa hora cuando noté que alguien besaba mis labios y acariciándome la cara salió de mi cuarto.
Hola… Tranquila, no es un sueño, es real, pero… Me he tenido que marchar pequeña. Es difícil vivir mi vida ¿sabes? Parece todo perfecto, hasta que te enamoras. Y eso es lo que me ha pasado, me he enamorado. Shh… No llores, sonríe, tienes la sonrisa más bonita de todas las niñas del mundo. Ahora tengo que marcharme pero volveremos a vernos, el destino nos va a volver a unir ¿te parece bien empezando por nuestros sueños? Si es buena idea, apareceré todas las noches mientras duermas, empezando por esta misma, mientras estés contando las estrellas como tanto te gustaba hacer, o… ¿Mientras escuchas mis canciones? Y que te parece mientras estás bailando, como la primera vez que te vi, si esa es buena idea. Se me hace tarde cariño y el vuelo es dentro de… ¡O Dios mío! Dentro de una hora, una hora en la que pensaré en ti. ¿Qué digo una hora? Toda la vida… Te quiero, adiós.
Dos, tres, cien… Lágrimas.
Epílogo.
-¡Corre! ¡Vamos a perder el taxi! ¡Claudia!
-Joder, ya voy- corrimos cargando con las maletas al taxi… Segundo año en New York, por fin habíamos llegado.
Habría la ventanilla de aquel coche y asomé la cabeza… 1 de Marzo, todavía hacía algo de frío pero el día tenía un sol tan brillante que entraban ganas de quedarse con mangas cortas.
-¡Clara! Mira- señalé las escaleras rojas que había en Manhattan.
Sonrió y aplaudió. El taxi frenó y tras pagar nos bajamos corriendo. Las maletas se tambaleaban de un lado a otro sin control, caían de un lado a otro. Frenamos en la puerta del hotel y nos giramos a la vez.
-¡Hola New York!- gritamos mientras saltamos y bailamos.
Corrimos dentro del hotel como locas.
-¿Recepción? Allí- señaló Clara y corrimos hacia el mostrador.
-Hi!  Spanish please?- dijo Clara algo nerviosa. El recepcionista sonrió y me miró a mí.
- Sorry my friend no good speaking English- dije en mi ingles más perfecto.
-Tranquila soy mexicano.
-Uf, que alivio, no se nos da muy bien el inglés.
Rió y nos preguntó que deseábamos. Le explicamos que queríamos una habitación para dos y nos dio las llaves después de haber pagado.
Subimos soltamos las cosas y rápidamente cogimos la cámara, algo de dinero y bajamos de nuevo. Estábamos pasando por recepción cuando un montón de focos nos deslumbraban. Se escuchaban chillidos por todos lados. Nos miramos y seguimos a la salida. Pero de pronto unos cinco hombres grandotes nos empujaron de nuevo hacia dentro. Cerraron el hotel y los señores grandotes se dispersaron.
-Debe ser una estrella de cina o algún cantante- dijo Clara.
Entonces un chico alto, con una gorra negra y unos pitillos caídos apareció de repente.
Clara me miró y tragó saliva apartándose un poco.
No me lo podía creer… el, estaba allí, en el mismo hotel que yo… Había pasado ya un año desde que… Espera hoy era uno de marzo… su cumpleaños, eso explicaban los globos en los pasillos y el ascensor.
Levantó la cabeza sonriendo y me vio, se paralizó me observó de arriba abajo sin dar crédito a lo que veía.
Me di la vuelta cogiendo a Clara de la mano para subir al cuarto, me temblaba todo tenía ganas de llorar. Desde que se fue de aquella manera deje de seguirle en twitter, vendí todos sus posters y sus discos y todo lo que tuviese que ver con él. Borré su número e intenté olvidarme de él, es más tras esa noche no lo volví a ver en ningún sueño, había sufrido mucho durante un año, no quería que volviera a pasar, el aquí…
-¿Claudia?- dijo… Su voz, le quería, le amaba pero… Me hizo daño, pensaba que me prefería a mi antes que su trabajo y… Me sentó bastante mal. Me giré y sonreí vengativa.
-Sí, la misma. Al parecer tienes razón nos hemos vuelto a encontrar. El destino… Por cierto felicidades.
-Gracias, yo… No me esperaba esto, eh… ¿Qué tal? Perdimos el contacto y…
-Sí, tienes razón lo perdimos y perdido está.
-¿Incluso para una cena esta noche en la azotea del hotel? Solo para celebrar mi cumpleaños… Voy a montar una fiesta intima.
Clara me miró y suplicando trescientas veces me convenció para ir a aquella fiesta.
-Está bien, iremos- sonrió como un crío y me dio un papel.
-Toma la invitación para que podáis entrar, de todas maneras os pondré en la lista ¿os parece bien?
-Si ¡perfecto!- dijo Clara saltando.
Se rió y sin saber que decir pasé por su lado saludando al chico del mostrador, Juan.