sábado, 8 de diciembre de 2012

Capítulo 29.





(Claudia)
Cuando terminamos de comer acompañé a Jorsh al aeropuerto. Estaban todos allí, incluso Clara que parecía bastante triste.
Me acerqué a ella e intenté hablar pero me evitaba.
Me despedí de todos los chicos y les agradecí todo lo que habían echo por mí.
Jorsh se acercó a mi y me abrazó muy fuerte. Me dio un beso en la frente y me entregó una carta.
-Jurame que no harás nada cuando yo me valla por favor princesa- dijo en mi oído.
Me aparté de el y le sonreí.
-Te lo prometo- y me abalancé a sus labios.
-¡Vamos Jorsh! O perderemos el avión- dijo Luci desde el final de la sala.
-Me tengo que ir pequeña- me dijo sonriendo.
-Llamame cuando llegues Jorsh- dije cogiéndole de la mano.
El aceptó con la cabeza y se fue agarrando una maleta. Miré la carta pero esperé a llegar a casa para abrirla.
Miré de nuevo a Jorsh y vi como se giraba a saludarme desde lejos.
Estiré la mano y le dije adiós. Ya lo echaba de menos.
Cuando desapareció por la puerta me fui a casa.
Pasé cerca de la discoteca donde habíamos estado aquella noche y vi aquél callejón donde mi ídolo me habló por primera vez. ¡Justin! Pensé. Mierda debería de haber ido a darle su gorra.
Corrí a casa. Mis padres todavía no habían llegado del hotel.
Me cambié de ropa:
Y me puse aquella gorra que robé a Justin.
Cogí mi mochila y salí corriendo en busca del hotel en el que se instalaba.
Pasé por miles de calles diferentes. Vi a gente que nunca imaginaba, unas chicas vestidas de conejitos y otros caminando mediante artilugios extraños...
Corrí lo más posible hasta que llegué al hotel. Era enorme.
Miré a la puerta, estaba llena de paparazzis y limusinas.
¿Y si Justin salía hoy?
No pensé mas y decidí colarme.
Miles de guardaespaldas y porteros rodeaban el edificio.
Me infiltré entre la multitud y logré atravesar las vallas.
Unos de los guardaespaldas se dio cuenta y fue tras de mi.
Llamé corriendo al ascensor pero tardaba demasiado. Miré las escaleras y después al guardaespaldas que sonreía satisfecho por haberme acorralado.
Vi a un grupo de estudiantes que iban al comedor y me puse junto a ellos para despistarlo. Cuando pasaron cerca del baño me metí en el y saqué la nota que me dio Justin. Planta 5 habitación 4.
Miré el reloj. Todavía tenía tiempo de sobra.
Me asomé al pasillo y no había nadie.
Salí y me metí en el ascensor. Subí hasta la planta 4 y de repente se paró. Se abrió y vi a aquel guardaespaldas de antes.
-¡Mierda!- dije.
El se rió e intentó cogerme.
Me escabullí de sus brazos y empecé a correr por las escaleras. Planta cinco.
Bien. Ahora a buscar la habitación.
A lo lejos vi aquel número, 4. Corrí y llamé seguidamente.
Vi como aquel guardaespaldas gordo corría por el pasillo apenas sin aliento.
Justo en ese momento se abrió la puerta y tras entrar en el cuarto la cerré.
-Ufff, que alivio- dije sentándome en el suelo.
Miré hacia arriba y vi que Justin estaba en boxers.
Abrí la boca y cerré corriendo los ojos.
Cuando los abrí Justin no estaba delante mía.
Me levanté del suelo y fui a buscarlo.
-¿Justin?- dije.
-Estoy aquí que me estoy poniendo unos pantalones- dijo desde la habitación.
-Siento aparecer así pero la puerta estaba llena de paparazzis y limusinas y guardaespaldas...- dije.
Se escuchó una risa.
Entré y lo vi doblando una camiseta.
-Oye no te rías que he tenido que subir a tu habitación escapando de un guardaespaldas regordete que me perseguía. Parecía una película- dije riéndome.
El me miró y me sonrió.
Nos quedamos callados. ¿Que le decía?
Vi como miraba mi gorra y sonreía.
Recapacité y me quité la gorra.
-Aquí la tienes- dije entregándosela.
La rechazó y me miró.
-No la quiero, ya es tuya- dijo sonriendo.
-¿Pero? Me has echo venir hasta aquí y pasar por todo eso para rechazar la gorra- dije enfurruñada.
Se rió y aceptó.
-Era una excusa para poder verte Claudia-dijo sonriendo.
-Entonces me vale haber pasado por todo eso- dije sonriendo.
Se acercó a mi y pegó su abdomen con mi barriga. Sentía su aliento muy cerca de mis mejillas. Se subieron los colores.
Le miré a la cara y recordé lo que me había dicho Jorsh. Pero era imposible que mi ídolo y yo tuviésemos algo.
Me miró y me sonrió.
-Estás muy guapa- dijo apartándose de mi.
-Lo sé- dije creída.
El se rió y se sentó en el sofá.

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