Capítulo 36.

 (Justin)

Cuando todo acabó me metí en el camerino y vi una nota.

Era de Claudia, la abrí y leí lo que ponía.

Mañana por la tarde sale mi avión con destino a Sevilla. Te voy a echar mucho de menos Justin, si puedes ven a verme mañana por la mañana en el parque guell, es grande me tendrás que encontrar.

Te quiero, tu pequeña soñadora.

Arrugué el papel. No podía ser ya se iba, ¿como iba a vivir yo sin ella?

Todavía tenía días libres pero iba a ir a Madrid, necesitaría escaparme con ella, irnos los dos juntos.

Recogimos todo y nos fuimos al hotel. Al llegar me tumbé en la cama e intenté dormir, pero no paraba de pensar en Claudia, ¿por qué se iba?

Me levanté y abrí el armario. Allí busqué la cámara digital y la puse a cargar para el día siguiente. Preparé la ropa y los zapatos, me empezó a entrar sueño y ahí si que dormí.

-Justin, vamos Justin, ya son las nueve y me dijiste que te llamara- dijo mi madre moviéndome de un lado a otro.

Abrí un poco los ojos y después miré el reloj, tenía que darme prisa para estar con ella todo lo posible. Me fui corriendo a la ducha.

-Justin ¿por qué tanta prisa?- preguntaba mi madre yendo detrás mía.

-Hoy es el último día de Claudia en Barcelona, quiero pasarlo con ella mama- dije apresurado.

-Ooooh ahora lo entiendo todo- dijo ella -¿donde va ahora ella?- dijo curioseando.

-A Sevilla, esta en el sur- dije metiéndome detrás de la puerta del baño para empezar a ducharme.

-¿No la vas a ver más?- dijo ella.

Miré al suelo y vi como caía el agua.

-Creo que no- dije triste.

-Lo siento- dijo ella y escuché como se alejaba de la otra parte de la puerta.

(Claudia)

No sabía si iba a ir pero aún así me duché para el parque.

Cuando salí me encontré tres mensajes nuevos, dos de Jorsh y uno de mi madre.

Me vestí rápidamente y me hice un peinado informal.

Cogí el movil y me puse a ver los mensajes.

Los de Jorsh decían que me quería y que me echaba de menos.

Y los de mama ponían que se iban a dar una vuelta y pasear a la playa, que estuviera en casa temprano para no perder el avión.

Cogí mi maleta y mi movil, me puse los auriculares y salí de casa.

De aquí al parque había un gran tramo, por tanto cogí el tren. Llegué en diez minutos y todo lo demás lo hice andando.

Me senté en un banco cerca de una fuente y esperé allí quieta hasta que el apareciera, me puse un límite de una hora, si no aparecía me iría.