(Claudia)
Corrió
detrás mía por un trozo del parque y para reírme un rato hice que
me caía.
Me
tiré al suelo y empece a “llorar”.
Se
acercó corriendo y empezó a agitarme.
-¡Claudia!
¡Claudia! ¿Estas bien?- gritaba.
Le
cogí de la chaqueta y tiré de el al suelo.
-Si
flojo estoy bien- dije riéndome.
Me
sonrío y tiro de mi hasta caer en su abdomen.
Me
abrazó y con las manos agitó mi pelo y lo enredó.
-No,
para, para- dije riéndome.
Me
soltó y me incorporé.
El
empezó a reírse.
-¿Que?-
dije.
-Que
guapa estás chica afro- dijo riéndose mas aún.
-Para
ya, no es justo, eres tonto- dije poniéndome bien el pelo.
Me
soltó y sonrió.
Nos
tumbamos sobre la hierba y miramos las nubes. Había de diferentes
manera y cada una se parecía a algo diferente.
-Mira
esa tiene forma de conejo- dije sonriendo.
El
me miró y se acercó a mi.
-Y
esa forma de corazón- dijo mirando al cielo.
Miré
la nube y después le miré a el. Me acerqué poco a poco a sus
labios.
Pero
que haces Claudia contrólate. Intentaba controlarme pero mi corazón
decidió otro camino.
Nuestras
bocas se juntaron nuevamente conectando los labios de tal manera que
su lengua penetraba en mi boca perfectamente.
Me
aparté pero no sonreí. Justin me levantó la barbilla sonriente.
-¿Que
te pasa princesa?- preguntó.
-Justin,
¿y mi novio que? Yo no puedo seguir haciendo esto- dije triste.
-Claudia,
eres la chica de mis sueño, no estropees este momento por favor,
solo me faltan horas para no verte mas, y me va a costar trabajo
despedirme de lo que mas quiero- dijo bajando la cabeza.
Me
acerqué y lo volví a besar.
-Te
quiero ídolo-dije sonriendo.
El
me abrazó contra su pecho y me acarició la cabeza.
(Justin)
Estuvimos
juntos toda la mañana, hasta que sus padres la llamaron porque se
tenían que marchar de Barcelona.
-Te
acompañaré al aeropuerto- dije sonriendo.
-No,
como te vean van a empezar a seguirte, además no llevas ni
guardaespaldas ni nada- dijo preocupada.
-No
me va a pasar nada, tranquila- dije.
Le
agarré de la mano y caminamos hacia la parada de taxis, nos montamos
en uno y fuimos al aeropuerto. Allí estaban sus padres y mi madre.
Le miré algo sorprendido pero a la vez aliviado ya que si ella
estaba allí los paparazzis no me perseguirían.
Claudia
corrió a abrazar a sus padres y después saludó a mi madre. Cargó
con una maleta rosa y su bolso.
-Bueno,
esto es una despedida- dijo mi madre.
-Si,
pero espero volver a veros pronto en...-dijo la madre de Claudia.
-Por
cierto Justin, haber si te enrollas un día y te pasas por Sevilla
para tocar algunas canciones sobre mi guitarra ¿que te parece?- dijo
el padre de Claudia.
-Eso
está echo- dije chocándole la mano. Miré a Claudia un poco apenado
y me acerqué.
-Estos
necesitan un tiempecito para despedirse- dijo mi madre.
(Claudia)
Mi
padre cargó mi maleta y la llevó a aquella cinta que desde pequeña
me hubiera gustado montar. Desde allí no nos veían.
-Adiós
Claudia, ten un buen viaje, y no te preocupes que Justin y tu os
veréis mas veces- dijo Pattie dándome dos besos.
-Justin
te esperó allí fuera, no tardes- dijo sonriéndole a su hijo.
Justin
le despidió al igual que yo y se giró. Me empecé a poner nerviosa,
no quería irme.
De
repente un montón de lágrimas recorrieron mis mejillas sin parar y
me puse a llorar como una magdalena.
-No,
no vallas a ponerlo mas difícil princesa- dijo Justin abrazándome.
-Yo
no quiero perderte Justin- dije agarrándome muy fuerte a su
chaqueta.
-Tranquila,
sera por poco tiempo, además allí tienes tus amigos, tu familia y
no olvides que Jorsh sigue allí- dijo para animarme.
-Pero
yo quiero estar con tigo Justin, eres el chico de mis sueños- dije
sujetándolo.
-Claudia,
te quiero, pero ahora debes marcharte y continuar tu vida, yo también
estoy mal pero seguro que lo superaremos, además ya te sigo en
twitter ¿ves?- dijo mostrándome su movil.
-Y
además, nuestros padres tienen los números de los móviles y tu
tienes mi número- dijo sonriendo.
-No
será lo mismo- dije triste.
-Lo
estás poniendo muy difícil en princesita- dijo abrazándome.
Me
acerqué mucho mucho a el y le sonreí.
-Ahora
estoy mejor- dije.
El
se acercó y me dio un suave beso en los labios.
-Te
quiero Claudita- dijo sin parar de mirar mis ojos.
-Y
yo Justin, y yo- dije separándome.
-No
te olvides de llamarme cuando llegues a Sevilla, y por cierto, cuida
mi gorra- dijo sonriendo.
-Eso
está echo- dije.
Me
dio un último abrazo y después me fui.
Cuando
me giré ya no estaba, lo había perdido, ya no era mío.
Seguí
mi camino algo triste y me metí en el avión con mis padres.
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