jueves, 17 de enero de 2013

Capítulo 41.



Le escribí una nota a mama explicándoselo y después me marché dejando atrás la habitación y entregando mis llaves de cuarto en la entrada.
Kenny estaba esperándome en la puerta con un coche negro y cuando me vio salió a ayudarme con las maletas.
Le expliqué por el camino lo que tenía pensado y me dijo que tenía un plan.
Bajamos del coche y corrimos al aeropuerto. El primer avión con destino a Sevilla salía en tres cuartos de hora.
Compramos el billete solo de ida y después nos metimos en la aduana. Un montón de chicas se me acercaron para ver si era el famoso canadiense Justin Bieber menos mal que Kenny estaba con migo.
Corrimos lo mas rápido posible y entramos en el avión. No había mucha gente, la necesaria además todos estaban dormidos o leyendo.
Nos sentamos en zona Vip por ser famoso y encima nos atendieron de lujo.
El viaje se me hizo corto y menos mal porque deseaba volverla a besar y sentirla cerca mía, solo que una vez allí vendría la parte difícil. Encontrar su casa.
Cogimos las maletas y por desgracia una manada de paparazzis rodeaban la salida. Kenny me señaló la salida de emergencias por la que nos escabullimos y cogimos el primer taxi que pillamos. El conductor no me reconoció, suerte.
Nos preguntó el destino y entonces recordé que una de las veces en las que estuvimos juntos Claudia me dijo el nombre de su escuela de baile. Buscó aquella escuela por el GPS y por fin la encontramos.
-La parada de taxi mas cercana se encuentra a cien metros de la academia, si quieren que los deje en la misma puerta tendrán que pagar cinco euros más.
Nos miramos y afirmamos.
Tardamos un poco en llegar, el sitio era bonito, no como yo lo había imaginado.
Cuando llegamos vimos que estaba abierta, hoy el día me salía redondo.
Kenny pagó al taxista y cogió las maletas. Entramos juntos y me puse la gorra ocultándome la cara. Kenny se acercó al mostrador donde había una chica de la edad aproximada a la de Claudia que mascaba chicle.
-Hola venía buscando a Claudia- dijo Kenny mostrándole la foto que tenía en el twitter.
La chica miró a Kenny sorprendida y después a mi, pareció no reconocerme.
-¿Para que?- dijo algo borde, sus encantos se perdieron, entonces me fijé bien y vi que era una de las chicas que bailaba en la coreografía de la calle.
-Estamos buscándola porque ha ganado un concurso para ir al concierto de Riannah en directo- dijo mientras sacaba unos papeles que habíamos conseguido antes de salir.
La chica los miró de reojo y una visión rápida y sacó de su mochila el movil.
-Mire estamos aquí- dijo mostrando un mapa -tenéis que llegar hasta aquí- dijo señalando otra parte de la ciudad.
-No parece muy lejos ¿no?- preguntó Kenny.
-No a solo tres calles de aquí- dijo sonriente.
-Gracias señorita, un placer- dijo Kenny dándose la vuelta.
Me miró y con una señal de “Ok” salimos de aquel local.
Miramos todas las calles era el número cuatro, vivía en un piso.
(Claudia)
Me desperté con lo rayos de sol atravesando la ventana del desván, vivir en la última planta tenía sus cosas buenas, aquel desván me traía buenos recuerdos.
Llevaba la misma ropa, me habría quedado dormida. Las vacaciones del segundo trimestre habían comenzado y no fui a por mis notas.
Mis padres habían comenzado el trabajo y ya no estaban en casa, una vez mas sola hasta tarde.
Bajé de aquel cuartito y me dirigí al baño donde me duché y me aseé para recoger el boletín.
Me puse esto:


Y esperé a las doce que es cuando habrían el instituto.
Desayuné algo rápido, una naranja y un bizcochito tierno.
Me senté en el sofá y cogí mi movil.
Tenía tres llamadas perdidas de Jorsh, de aquel gran hijo de …
De repente escuché el telefonillo y fui a ver quien era. Espero no tener malas visitas.
Descolgué.
-¿Quién es?- pregunté.
-¡Correo!- se escuchaba una voz algo grave.
Pulsé el botón para abrir y volví a colgar.
Me tumbé en el sillón y saqué mi laca de uñas rosa palo que tanto me gustaba.
Empecé a pintarme cuando llamaron al timbre. ¿Y ahora? Espero que no fuese otra vez el chico pesado del cuarto.
Abrí sin mirar a la mirilla y vi a un negro gordote en frente mía. Primero me asusté pero después lo reconocí.
Era Kenny el guardaespaldas personas de Justin y es que me había leído toda su biografía.
Sonreí y lo saludé.
-Hola Kenny- dije sin ninguna duda ya que no me sorprendía ver a otro personaje mas de la vida de Justin.
El me sonrió y pasó dentro.
-¿Están tus padres?- preguntó serio.
-No están trabajando, a saber cuando llegan...-dije sería. Parecía que ocultaba algo o alguien en su espalda.
-¿Que haces aquí?- dije sin rodeos.
-Fácil traigo un paquete frágil del señorito canadiense para la chica de sus sueño- dijo sonriente.
-A ¿si? ¿frágil? No te veo con nada en las mano- dije dudosa.
Kenny sonrió y se apartó dejando ver el rostro de aquel chico del que me enamoré.
-Bueno eso de frágil...-dijo Justin mientras simulaba golpear el cuerpo del guardaespaldas.
¿Que hacía aquí? ¿Cómo sabía donde vivía? Miles de preguntas recorrieron mi cabeza, pero entonces me di cuenta que lo único que me importaba era abrazarle.
Me acerqué lentamente a el para tocarlo y comprobar que no era uno de esos muchos sueños que había tenido. Le toque, el estaba aquí ¿como es posible?
-Te dije que volvería pronto- dijo abrazándome.
Sonreí aun sin creérmelo y lo abracé. Sentí como el olor de su colonia penetraba en mi nariz impidiendo respirar otra cosa que ese perfume.
Me separé de el y le hice una señal a Kenny para que se girase. El aceptó y rápidamente besé los labios de Justin.

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