(Justin)
No me lo podía creer. Estaba aquí y era tan raro. No había
dejado de pensar en Claudia durante todo este tiempo, ni un instante, todo era
Claudia, Claudia, Claudia…
¿Pero por qué aquí? ¿Por qué tenía que ser hoy? ¿En mi
cumpleaños? Maldito destino…
-¡Ey Justin estás desconcentrado!- miré a Jessi descontentó y
me aparté de su lado.
-Eh… ¿Qué te pasa hoy?
-Dios Jessy te deberían poner un bozal, no paras de hablar- se
calló. Me giré y le miré con compasión.
-Lo siento es que me he encontrado con…
-Déjalo primito, ya hablamos cuando te encuentres mejor ¿vale?
Sigue ensayando ese discurso porque si lo lees así te van a matar- suspiré y
asentí.
-Lo siento- sonrió y se marchó de la habitación del hotel.
Caminé ignorando el discurso y me asomé a la ventana, a 34 habitaciones de alto
observé a personas diminutas andando de un lado a otro… Quería sentirme libre
por un momento, como aquellas personas, poder hacer lo que me plazca por un
segundo.
Suspiré y volví a cerrar la ventana. Faltaban un par de horas
para el cumpleaños y… Espero que fuera inolvidable así que mejor empezar a
hacer cosas.
Leí un par de veces más el discurso y lo guardé en la chaqueta
que me pondría. Me duche y me vestí, tres cuartos de hora. Tardé un rato en
colocarme el pelo y por último los zapatos. Me miré en el espejo, no me podía
quejar. La verdad que desde que me pelé me veía más maduro, mas hombre y
muchísimo más atractivo y guapo.
Alcé el bote de colonia y me rocié por todo el cuerpo. Listo.
Caminé hasta el salón y tomé un chicle de menta, por si acaso… Y ahora solo me
quedaba esperar a encontrarme con Claudia, la bella y preciosa Claudia. La
intocable Claudia, la mandona de Claudia, la celosa de Claudia, la perfecta
Claudia.
Caminé a la puerta y tras salir de la habitación cerré.
Dejando atrás la negatividad me encaminé a la positividad, la mágica noche que
me esperaba. La noche en la que cumpliría los diecinueve. Allá voy.
-¡Justin!- me giré y vi como la chica que acompañaba a Claudia
esta mañana se acercaba a mí corriendo. Tenía buen cuerpo y si no recuerdo mal
fue con la que le puso los cuernos su ex-novio.
-¿Si?
-Verás, se que Claudia está rara y muy capulla pero por favor
intenta hablar con ella, se que podéis solucionarlo. Además… Claudia no para de
hablar de ti desde que te ha visto esta mañana.
-¿Clara?- oímos desde el pasillo.
-Joder- me miró sonriendo y se fue alejando- ¡No pierdas esta
oportunidad Bieber!- y se ocultó en la habitación.
Sonreí y pegué un saltito elevando el brazo. ¡Bien Justin!
Ahora… No seas tan idiota y vuelve a enamorarla.
(Claudia)
Me miré al espejo unas cinco veces sin ningún motivo porque no
pensaba seducir a nadie… Pero nunca va de más estar guapa.
-¿Dónde estabas?- dije mirando como Clara cerraba la puerta.
-Buscando a la señora de la limpieza para pedirle toallas
limpias.
-Pero si acabamos de utilizarlas. Están más que limpias- le
miré con las cejas arqueadas y seguí contemplando mi rostro en el espejo.
-La fiesta habrá empezado ya ¿vamos?
-¿Por qué te entusiasma tanto esa fiesta?
-Porque debe estar lleno de famosos.
-Si… Ya ves.
-Vamos quita esa cara de culo y vamos a mover estos culitos de
divas que nos ha regalado el señor.
-Algunas veces me entran unas ganas de matarte…
-Que sádica.
-Vamos- dije tirándole del brazo. Caminamos cuidando cada paso
por los tacones que llevábamos y al fin alcanzamos el ascensor.
El corazón comenzó a latirme con fuerza cuando escuché la
música.
-¿Lista?- dijo Clara sonriendo maléficamente.
-Pf… Pues claro- intenté disimular mi nerviosismo y salimos a
la intemperie.
Unas cincuenta personas, o más bailaban al ritmo de Best Song
Ever, de One Direction, magnífica canción, magníficos chicos.
-¡Tía no me lo puedo creer!- gritó Clara señalando al
infinito- ¡Me muero!- miré hacía donde señalaba y le vi, Harry Styles, el amor
platónico de Clara.
-Me voy a morir, están aquí ¡Claudia que están aquí!- sonreí y
le empujé.
-¡Corre a hablar con él!
-No, no que vergüenza.
-¿En serio?- noté como alguien me cogía por la cintura y me
giré de inmediato, suponiendo lo que me iba a encontrar y… ¡BINGO!
-Hola chicas- se le dibujó aquella preciosa sonrisa en la
cara.
-¡Hola Justin!- dijo Clara sin dejar de mirar donde se
encontraba el señorito Styles.
-Ei…- dije un poco borde pero sin dejar de mirar su rostro, su
cuerpo, su ropa…
-¿Buscas algo Clara?- ella se giró avergonzada y asintió-
Harry Styles vuelve a triunfar- dijo sonriendo. Clara se sonrojó y me agarró
del brazo.
-¡Harry!- gritó Justin. El pelocho se giró y nos miró
sonriente, estaba precioso, es uno de los chicos más guapos que he visto en mi
vida…
-¿Qué pasa Just? ¿Y estas chicas?- dijo mirándonos.
-Mira ella es Claudia y esta la encantadora Clara que da la
casualidad que es directioner- Harry sonrió cómplice y se acercó a besarnos las
mejillas.
-Encantado, supongo que me conocéis- Clara asintió nerviosa y
se soltó de mi.
-Harry ¿y si sacas a bailar a Clara? Se le ve con ganas- Clara
abrió los ojos de par en par mirando con odio a Justin, aunque después se lo
agradecería.
-¿Me permite la señorita?- Clara sonrió incómoda y asintió.
Mierda, ¿por qué me dejaban a solas con Bieber? Suspiré y le miré.
-¿Y?- dije.
-No sé yo le he hecho un favor a tu amiga y ahora… Voy a
bailar ¿te animas?
-No bailo bien- se rió y negó.
-¿Crees que se me ha olvidado que eres bailarina? Venga
anímate, ¡es mi cumpleaños!- puse los ojos en blanco y miré tras el donde había
una chica que no paraba de mirarnos.
-Mira parece que esa chica tiene muchas ganas de bailar, corre
a molestarle un rato a ella- se encogió de hombros y se alejó de mi vista.
(Justin)
¿Quería estar sola? Pues adiós, no iba a pasarlo mal aunque
mis ganas de girarme y bailar con ella eran inmensas, aunque tenía que aceptar
que no era mía, al menos por ahora.
Caminé hasta donde estaba mi prima y me senté a su lado.
-¡Que tal!- gritó un poco, bastante, contenta. Menuda
borracha.
-Bien, bien- dije sonriéndole. Me hizo una señal de “ok” con
el dedo y se giró para seguir hablando con sus amigas.
Vi a lo lejos como Harry y Clara bailaban, demasiado pegadas…
Que Harry. Sonreí y cambié la vista hacia Claudia que estaba asomada a la
barandilla admirando la preciosa New York.
-¿Bonitas vistas verdad?- dije colocándome a su lado y mirando
al frente.
-Sí, bastantes… Mi ciudad favorita, y estoy aquí, en ella.
-¿Por cuánto tiempo?- se giró y me miró.
-De momento hasta unos meses.
-¿Meses?- asintió y se rascó el brazo.
-He venido a estudiar.
-¿Y el hotel?
-No he encontrado aún una escuela de danza…
-Seguro que la encuentras.
-Lo sé- sonreí y miré de nuevo la ciudad.
-Te he echado de menos ¿sabes?- dije uniendo mis manos. No
habló. Silencio.
-¿Crees que debo creerme eso después de lo que hiciste?
-Claudia…
-Te fuiste sin más. Me dejaste, te olvidaste de mí ¿por qué?
No lo entiendo, yo te quería, nos queríamos o eso quiero creer…
-Claro que te quería, es más, te amaba.
-¿Y qué pasó?
-Que tuve miedo.
-¿Miedo? ¿De qué?
-De perderos.
-¿Perdernos?
-Amo cantar, amo la música, amo mi mundo… Pero también te
amaba a ti. Si elegía entre ambas sabía que lo iba a pasar mal.
-Y elegiste lo que más querías.
-¡Claro que no!
-¿Entonces?- suspiré.
-¿Y si en algún momento me fallabas? ¿Lo dejábamos? ¿Qué
pasaría? Mi historia se habría acabado, ni Justin Bieber, ni el novio de
Claudia, ni nada…- de nuevo silencio. Me miró y de inmediato miró al suelo.
-¿Me querías?
-Nunca he dejado de hacerlo- sonrió y se abrazó a sí misma.
(Claudia)
No sé el porqué de esta situación. Ni de dónde ha salido esta
cara de felicidad. No entiendo porque tiene que hablar así, y no digo que lo
haga mal, al contrario, lo hace demasiado bien.
-¿Tienes frío?- preguntó con intención de quitarse la
chaqueta.
-No, no tranquilo- se la terminó de quitar y me la pasó por
los hombros- gracias pero no hacía falta.
-¿A no?- sonreí y me giré mirando a la gente. Clara y Harry
tomaban una copa en la barra libre, parecían animados.
-Parecen que se llevan bien…- asentí y le miré, estaba de
perfil. Un perfil extraordinario…
-¿Qué?- dijo sonriendo.
-Estás más…
-¿Cambiado?
-Más maduro.
-Se madura con los daños no con los años- miré al suelo y noté
como me levantaba la barbilla.
-¿Por qué no me llamaste?
-Porque sabía que no ibas a volver.
-Ni lo intentaste…
-Tuve miedo- sonrió irónico mirando al suelo y se cruzó la
pierna sobre la otra.
-Pero pasó.
-Pasó- repetí.
-Muy bien Justin es hora de que salgas y nos digas lo que
tanto llevas preparando- escuchamos de pronto. Nos giramos y vimos a una chica
alta, morena y algo borracha. Justin me miró una última vez y se alejó entre la
multitud.
-Hola… Gracias por venir, espero que lo estéis pasando bien-
me acerqué al escenario improvisado e intenté ver más allá de las cabezas.
-Tenía preparado un pequeño discurso de agradecimiento pero no
lo voy a leer- arrojó el papel a una esquina del escenario y se sentó en una
silla- prefiero cantar una canción, espero que mi prima no me mate después de
esto, le ha costado un poco el discurso- sonrió y cogió el micrófono.
Me acerqué un poco más, con cuidado de no tropezar, casi
estuve en primera fila… Miré a Justin y el a mí. All The Matters, si la había
escuchado.
La historia encajaba medianamente con lo que había pasado
entre nosotros. El problema era, ¿por qué?
Canté por encima de su voz, no era muy larga y terminó pronto.
Todo el mundo aplaudió pero no yo. Una lágrima recorrió mi mejilla y calló
sobre mi mano. Justin se levantó y me miró. Bajó lo más rápido que pudo del
escenario e intentó acercarse a mí.
Me giré y rápidamente salí de aquella bulla. No quería hablar
de nada con él, mas bien no podía.
Me descalcé cuando llegué al pasillo y caminé por él un poco más
calmada, ni siquiera avisé a Clara de que me había ido.
-¡Claudia!- me giré y le vi. Venía hacía mi corriendo.
-¿Por qué? ¿Por qué lloras? Debería llorar yo ¿no crees? Te
quiero, Claudia, te quiero ¡NUNCA he querido mas a nadie!- le miré sin dejar de
llorar, me podía él, y me podía yo.
Seguí caminando sin mirar atrás cuando note como me agarraban.
-¿Vas a seguir huyendo?
-Hasta que me olvides.
-Ese es el problema, que nunca te voy a olvidar- me solté de
él y abrí la habitación. Entré y el detrás de mí.
-Y tu…- cerró- ¿me has olvidado?- solté la tarjeta sobre la
mesa y me giré malhumorada.
-¡Como quieres que te olvide si apareces continuamente en mi
vida! ¡Mi madre! ¡Mi padre! Me hablando de ti continuamente, todo el tiempo.
Sales en la radio, mis amigas hablan de ti, tengo que bailar tus canciones,
todo está igual que antes, el problema es que ya no te tengo- se silenció de
nuevo todo.
-No he vuelto a soñar contigo…- dije- Estuve todo el verano
pensando en ti, no salías de mi cabeza. Te veía tan felíz por la televisión,
tan contento por twitter…
-Me dejaste de seguir.
-Eso no quiere decir que no te viera.
-¿Lo hacías?
-Lo hacía, hasta que me frené y lo mandé todo a la mierda.
Pensaba que quizás llamarías algún día, me quedaban esperanzas.
-Pero no lo hice- negué y los ojos se me encharcaron- ¿acaso
tu sí?
-No tenía motivos- se acercó y me miró muy profundamente.
-Mírame y dime que no me quieres- dijo cogiéndome las
mejillas.
-No puedo- dije susurrante.
-¿O no quieres?
-Ni quiero ni puedo- y sin dejarme seguir hablando me besó. Sí
me beso y fue de aquellos besos que no quieres que acaben, de esos besos que no
terminan, parecen infinitos. Los que te hacen erizar, con los que te quedas con
ganas de mas. Se separó, muy poco, aún casi podía rozar sus labios.
-No te volveré a fallar Claudia, nunca.
(Justin)
No me lo podía creer. Estaba aquí y era tan raro. No había
dejado de pensar en Claudia durante todo este tiempo, ni un instante, todo era
Claudia, Claudia, Claudia…
¿Pero por qué aquí? ¿Por qué tenía que ser hoy? ¿En mi
cumpleaños? Maldito destino…
-¡Ey Justin estás desconcentrado!- miré a Jessi descontentó y
me aparté de su lado.
-Eh… ¿Qué te pasa hoy?
-Dios Jessy te deberían poner un bozal, no paras de hablar- se
calló. Me giré y le miré con compasión.
-Lo siento es que me he encontrado con…
-Déjalo primito, ya hablamos cuando te encuentres mejor ¿vale?
Sigue ensayando ese discurso porque si lo lees así te van a matar- suspiré y
asentí.
-Lo siento- sonrió y se marchó de la habitación del hotel.
Caminé ignorando el discurso y me asomé a la ventana, a 34 habitaciones de alto
observé a personas diminutas andando de un lado a otro… Quería sentirme libre
por un momento, como aquellas personas, poder hacer lo que me plazca por un
segundo.
Suspiré y volví a cerrar la ventana. Faltaban un par de horas
para el cumpleaños y… Espero que fuera inolvidable así que mejor empezar a
hacer cosas.
Leí un par de veces más el discurso y lo guardé en la chaqueta
que me pondría. Me duche y me vestí, tres cuartos de hora. Tardé un rato en
colocarme el pelo y por último los zapatos. Me miré en el espejo, no me podía
quejar. La verdad que desde que me pelé me veía más maduro, mas hombre y
muchísimo más atractivo y guapo.
Alcé el bote de colonia y me rocié por todo el cuerpo. Listo.
Caminé hasta el salón y tomé un chicle de menta, por si acaso… Y ahora solo me
quedaba esperar a encontrarme con Claudia, la bella y preciosa Claudia. La
intocable Claudia, la mandona de Claudia, la celosa de Claudia, la perfecta
Claudia.
Caminé a la puerta y tras salir de la habitación cerré.
Dejando atrás la negatividad me encaminé a la positividad, la mágica noche que
me esperaba. La noche en la que cumpliría los diecinueve. Allá voy.
-¡Justin!- me giré y vi como la chica que acompañaba a Claudia
esta mañana se acercaba a mí corriendo. Tenía buen cuerpo y si no recuerdo mal
fue con la que le puso los cuernos su ex-novio.
-¿Si?
-Verás, se que Claudia está rara y muy capulla pero por favor
intenta hablar con ella, se que podéis solucionarlo. Además… Claudia no para de
hablar de ti desde que te ha visto esta mañana.
-¿Clara?- oímos desde el pasillo.
-Joder- me miró sonriendo y se fue alejando- ¡No pierdas esta
oportunidad Bieber!- y se ocultó en la habitación.
Sonreí y pegué un saltito elevando el brazo. ¡Bien Justin!
Ahora… No seas tan idiota y vuelve a enamorarla.
(Claudia)
Me miré al espejo unas cinco veces sin ningún motivo porque no
pensaba seducir a nadie… Pero nunca va de más estar guapa.
-¿Dónde estabas?- dije mirando como Clara cerraba la puerta.
-Buscando a la señora de la limpieza para pedirle toallas
limpias.
-Pero si acabamos de utilizarlas. Están más que limpias- le
miré con las cejas arqueadas y seguí contemplando mi rostro en el espejo.
-La fiesta habrá empezado ya ¿vamos?
-¿Por qué te entusiasma tanto esa fiesta?
-Porque debe estar lleno de famosos.
-Si… Ya ves.
-Vamos quita esa cara de culo y vamos a mover estos culitos de
divas que nos ha regalado el señor.
-Algunas veces me entran unas ganas de matarte…
-Que sádica.
-Vamos- dije tirándole del brazo. Caminamos cuidando cada paso
por los tacones que llevábamos y al fin alcanzamos el ascensor.
El corazón comenzó a latirme con fuerza cuando escuché la
música.
-¿Lista?- dijo Clara sonriendo maléficamente.
-Pf… Pues claro- intenté disimular mi nerviosismo y salimos a
la intemperie.
Unas cincuenta personas, o más bailaban al ritmo de Best Song
Ever, de One Direction, magnífica canción, magníficos chicos.
-¡Tía no me lo puedo creer!- gritó Clara señalando al
infinito- ¡Me muero!- miré hacía donde señalaba y le vi, Harry Styles, el amor
platónico de Clara.
-Me voy a morir, están aquí ¡Claudia que están aquí!- sonreí y
le empujé.
-¡Corre a hablar con él!
-No, no que vergüenza.
-¿En serio?- noté como alguien me cogía por la cintura y me
giré de inmediato, suponiendo lo que me iba a encontrar y… ¡BINGO!
-Hola chicas- se le dibujó aquella preciosa sonrisa en la
cara.
-¡Hola Justin!- dijo Clara sin dejar de mirar donde se
encontraba el señorito Styles.
-Ei…- dije un poco borde pero sin dejar de mirar su rostro, su
cuerpo, su ropa…
-¿Buscas algo Clara?- ella se giró avergonzada y asintió-
Harry Styles vuelve a triunfar- dijo sonriendo. Clara se sonrojó y me agarró
del brazo.
-¡Harry!- gritó Justin. El pelocho se giró y nos miró
sonriente, estaba precioso, es uno de los chicos más guapos que he visto en mi
vida…
-¿Qué pasa Just? ¿Y estas chicas?- dijo mirándonos.
-Mira ella es Claudia y esta la encantadora Clara que da la
casualidad que es directioner- Harry sonrió cómplice y se acercó a besarnos las
mejillas.
-Encantado, supongo que me conocéis- Clara asintió nerviosa y
se soltó de mi.
-Harry ¿y si sacas a bailar a Clara? Se le ve con ganas- Clara
abrió los ojos de par en par mirando con odio a Justin, aunque después se lo
agradecería.
-¿Me permite la señorita?- Clara sonrió incómoda y asintió.
Mierda, ¿por qué me dejaban a solas con Bieber? Suspiré y le miré.
-¿Y?- dije.
-No sé yo le he hecho un favor a tu amiga y ahora… Voy a
bailar ¿te animas?
-No bailo bien- se rió y negó.
-¿Crees que se me ha olvidado que eres bailarina? Venga
anímate, ¡es mi cumpleaños!- puse los ojos en blanco y miré tras el donde había
una chica que no paraba de mirarnos.
-Mira parece que esa chica tiene muchas ganas de bailar, corre
a molestarle un rato a ella- se encogió de hombros y se alejó de mi vista.
(Justin)
¿Quería estar sola? Pues adiós, no iba a pasarlo mal aunque
mis ganas de girarme y bailar con ella eran inmensas, aunque tenía que aceptar
que no era mía, al menos por ahora.
Caminé hasta donde estaba mi prima y me senté a su lado.
-¡Que tal!- gritó un poco, bastante, contenta. Menuda
borracha.
-Bien, bien- dije sonriéndole. Me hizo una señal de “ok” con
el dedo y se giró para seguir hablando con sus amigas.
Vi a lo lejos como Harry y Clara bailaban, demasiado pegadas…
Que Harry. Sonreí y cambié la vista hacia Claudia que estaba asomada a la
barandilla admirando la preciosa New York.
-¿Bonitas vistas verdad?- dije colocándome a su lado y mirando
al frente.
-Sí, bastantes… Mi ciudad favorita, y estoy aquí, en ella.
-¿Por cuánto tiempo?- se giró y me miró.
-De momento hasta unos meses.
-¿Meses?- asintió y se rascó el brazo.
-He venido a estudiar.
-¿Y el hotel?
-No he encontrado aún una escuela de danza…
-Seguro que la encuentras.
-Lo sé- sonreí y miré de nuevo la ciudad.
-Te he echado de menos ¿sabes?- dije uniendo mis manos. No
habló. Silencio.
-¿Crees que debo creerme eso después de lo que hiciste?
-Claudia…
-Te fuiste sin más. Me dejaste, te olvidaste de mí ¿por qué?
No lo entiendo, yo te quería, nos queríamos o eso quiero creer…
-Claro que te quería, es más, te amaba.
-¿Y qué pasó?
-Que tuve miedo.
-¿Miedo? ¿De qué?
-De perderos.
-¿Perdernos?
-Amo cantar, amo la música, amo mi mundo… Pero también te
amaba a ti. Si elegía entre ambas sabía que lo iba a pasar mal.
-Y elegiste lo que más querías.
-¡Claro que no!
-¿Entonces?- suspiré.
-¿Y si en algún momento me fallabas? ¿Lo dejábamos? ¿Qué
pasaría? Mi historia se habría acabado, ni Justin Bieber, ni el novio de
Claudia, ni nada…- de nuevo silencio. Me miró y de inmediato miró al suelo.
-¿Me querías?
-Nunca he dejado de hacerlo- sonrió y se abrazó a sí misma.
(Claudia)
No sé el porqué de esta situación. Ni de dónde ha salido esta
cara de felicidad. No entiendo porque tiene que hablar así, y no digo que lo
haga mal, al contrario, lo hace demasiado bien.
-¿Tienes frío?- preguntó con intención de quitarse la
chaqueta.
-No, no tranquilo- se la terminó de quitar y me la pasó por
los hombros- gracias pero no hacía falta.
-¿A no?- sonreí y me giré mirando a la gente. Clara y Harry
tomaban una copa en la barra libre, parecían animados.
-Parecen que se llevan bien…- asentí y le miré, estaba de
perfil. Un perfil extraordinario…
-¿Qué?- dijo sonriendo.
-Estás más…
-¿Cambiado?
-Más maduro.
-Se madura con los daños no con los años- miré al suelo y noté
como me levantaba la barbilla.
-¿Por qué no me llamaste?
-Porque sabía que no ibas a volver.
-Ni lo intentaste…
-Tuve miedo- sonrió irónico mirando al suelo y se cruzó la
pierna sobre la otra.
-Pero pasó.
-Pasó- repetí.
-Muy bien Justin es hora de que salgas y nos digas lo que
tanto llevas preparando- escuchamos de pronto. Nos giramos y vimos a una chica
alta, morena y algo borracha. Justin me miró una última vez y se alejó entre la
multitud.
-Hola… Gracias por venir, espero que lo estéis pasando bien-
me acerqué al escenario improvisado e intenté ver más allá de las cabezas.
-Tenía preparado un pequeño discurso de agradecimiento pero no
lo voy a leer- arrojó el papel a una esquina del escenario y se sentó en una
silla- prefiero cantar una canción, espero que mi prima no me mate después de
esto, le ha costado un poco el discurso- sonrió y cogió el micrófono.
Me acerqué un poco más, con cuidado de no tropezar, casi
estuve en primera fila… Miré a Justin y el a mí. All The Matters, si la había
escuchado.
La historia encajaba medianamente con lo que había pasado
entre nosotros. El problema era, ¿por qué?
Canté por encima de su voz, no era muy larga y terminó pronto.
Todo el mundo aplaudió pero no yo. Una lágrima recorrió mi mejilla y calló
sobre mi mano. Justin se levantó y me miró. Bajó lo más rápido que pudo del
escenario e intentó acercarse a mí.
Me giré y rápidamente salí de aquella bulla. No quería hablar
de nada con él, mas bien no podía.
Me descalcé cuando llegué al pasillo y caminé por él un poco más
calmada, ni siquiera avisé a Clara de que me había ido.
-¡Claudia!- me giré y le vi. Venía hacía mi corriendo.
-¿Por qué? ¿Por qué lloras? Debería llorar yo ¿no crees? Te
quiero, Claudia, te quiero ¡NUNCA he querido mas a nadie!- le miré sin dejar de
llorar, me podía él, y me podía yo.
Seguí caminando sin mirar atrás cuando note como me agarraban.
-¿Vas a seguir huyendo?
-Hasta que me olvides.
-Ese es el problema, que nunca te voy a olvidar- me solté de
él y abrí la habitación. Entré y el detrás de mí.
-Y tu…- cerró- ¿me has olvidado?- solté la tarjeta sobre la
mesa y me giré malhumorada.
-¡Como quieres que te olvide si apareces continuamente en mi
vida! ¡Mi madre! ¡Mi padre! Me hablando de ti continuamente, todo el tiempo.
Sales en la radio, mis amigas hablan de ti, tengo que bailar tus canciones,
todo está igual que antes, el problema es que ya no te tengo- se silenció de
nuevo todo.
-No he vuelto a soñar contigo…- dije- Estuve todo el verano
pensando en ti, no salías de mi cabeza. Te veía tan felíz por la televisión,
tan contento por twitter…
-Me dejaste de seguir.
-Eso no quiere decir que no te viera.
-¿Lo hacías?
-Lo hacía, hasta que me frené y lo mandé todo a la mierda.
Pensaba que quizás llamarías algún día, me quedaban esperanzas.
-Pero no lo hice- negué y los ojos se me encharcaron- ¿acaso
tu sí?
-No tenía motivos- se acercó y me miró muy profundamente.
-Mírame y dime que no me quieres- dijo cogiéndome las
mejillas.
-No puedo- dije susurrante.
-¿O no quieres?
-Ni quiero ni puedo- y sin dejarme seguir hablando me besó. Sí
me beso y fue de aquellos besos que no quieres que acaben, de esos besos que no
terminan, parecen infinitos. Los que te hacen erizar, con los que te quedas con
ganas de mas. Se separó, muy poco, aún casi podía rozar sus labios.
-No te volveré a fallar Claudia, nunca.